La somnolencia diurna puede ser señal de graves problemas de salud, advierten los médicos

Mucha gente considera que quedarse dormido repentinamente es una rareza inofensiva de la vida moderna. En realidad, la somnolencia diurna persistente puede indicar problemas más graves que podrían agravarse con el tiempo si no se tratan.

Los expertos enfatizan la importancia de reconocer cuándo los bostezos y cabeceos repetidos podrían ser síntomas de un déficit de sueño subyacente. Según un documento respaldado por la Academia Americana de Medicina del Sueño, no dormir entre siete y ocho horas de calidad aumenta el riesgo de enfermedades como diabetes, accidentes cerebrovasculares y depresión.

Eric Olson

El Dr. Eric Olson, de la Clínica Mayo, advierte que la somnolencia excesiva no es un asunto menor: puede provocar graves accidentes viales o laborales. Incluso los llamados “microsueños” —breves lapsos de atención— pueden tener consecuencias fatales. El problema se agrava cuando el cansancio se vuelve crónico, ya que el cerebro pierde la capacidad de detectar su propio agotamiento. Además, señales como el bostezo podrían tener una función más allá de lo fisiológico: estudios sugieren que el bostezo contagioso en humanos y otros animales sociales habría evolucionado como un mecanismo para mantener la atención colectiva y prevenir peligros.

Especialistas advierten que dormirse en situaciones inusuales, como durante una conversación o al volante, puede ser señal de un trastorno subyacente. La Escala de Somnolencia de Epworth es una herramienta clave para evaluar la gravedad del problema. Condiciones como la apnea obstructiva del sueño (AOS) o el consumo de ciertos medicamentos podrían estar detrás de estos episodios, por lo que se recomienda buscar orientación médica.

Además del tratamiento médico, se aconsejan cambios en el estilo de vida: evitar el alcohol y la cafeína por la noche, mantener una rutina de sueño regular y crear un ambiente propicio para el descanso. El mensaje es claro: no ignore sus bostezos, podrían estar diciéndole algo importante.

Indira Gurubhagavatula

Lo lamentable es que los datos muestran que con la privación parcial crónica del sueño la capacidad de percibir nuestro propio nivel de deterioro ya no es precisa; pensamos que estamos bien cuando en realidad no es así”, dijo la Dra. Indira Gurubhagavatula, profesora de medicina del sueño en Penn Medicine.

Especialistas advierten que reducir el consumo nocturno de alcohol favorece un sueño más reparador, mientras que sustancias como la marihuana pueden deteriorar la calidad del descanso. La falta de sueño a largo plazo contribuye a problemas que van más allá de la sensación de aturdimiento. Las investigaciones han vinculado la falta de descanso con obesidad, hipertensión arterial, enfermedad renal y un mayor riesgo de depresión, debido a alteraciones en la química cerebral y la regulación del estado de ánimo. Los médicos instan a tomar la somnolencia diurna con seriedad y no como una circunstancia menor.

La calidad del sueño depende en gran medida del ambiente del dormitorio. Espacios con demasiada luz o ruido pueden dificultar que el cuerpo alcance un descanso profundo. Además, adoptar rutinas antes de dormir, como evitar pantallas y comidas pesadas, contribuye a estabilizar los ritmos del sueño. Mantener una actividad física regular durante el día también favorece señales corporales saludables, lo que se traduce en noches más tranquilas y sin interrupciones.

A medida que se acumulan más datos, los investigadores confían en que sus descubrimientos motiven a las personas a prestar mayor atención a sus propios patrones de comportamiento y a reaccionar ante señales persistentes de cansancio. La identificación temprana podría ser clave para mejorar la salud y el bienestar general.