El grafiti empezó como algo marginal y subversivo, en su momento fue utilizado como una forma de expresión sarcástica y de denuncia de los desmanes del poder. Con el tiempo la sociedad lo adoptó y lo hizo parte de su cultura, ya no se utiliza como arma política, sino como algo que forma parte del paisaje urbano.

En todas las grandes ciudades del mundo se volvió un referente cultural y ya se habla de obras de arte expuestas en las galerías más grandes del mundo.

En los municipios de Paz de Río, Tutaza y Socha, en el departamento de Boyacá, se acaba de realizar el concurso de murales denominado “Ruta de murales para el Bicentenario”, el cual contó con la participación de nueve artistas de Boyacá que fueron previamente seleccionados en una convocatoria pública.

El proyecto “Al Rescate de Nuestro Patrimonio” impulsado por la alcaldesa de Paz de Río, María Ortiz, buscaba primordialmente conmemorar el bicentenario de la campaña libertadora inmortalizando algunos los episodios épicos como testimonio para las actuales y futuras generaciones.

Cada uno de los 9 artistas seleccionados tuvieron un estímulo de un millón de pesos, mientras que el ganador tuvo un premio de 5 millones, 3 millones el segundo y 1.500 el tercer puesto.