Esta es la única fotografía existente de Vincent Van Gogh y Paul Gauguin juntos. Fue tomada en Montmartre en 1887. Desde la izquierda, el segundo es Emile Bernard; a su lado Van Gogh sentado con pipa, de pie André Antoine fundador del Teatro Libre de París y en el extremo derecho Paul Gauguin.
Vincent van Gogh y Paul Gauguin fueron dos de los artistas más influyentes de la época postimpresionista, y aunque su amistad fue breve, su colaboración artística dejó una marca duradera en la historia del arte.
Una amistad que terminó en tragedia
Van Gogh y Gauguin se conocieron en París en 1887, cuando Van Gogh decidió mudarse a la ciudad de Arles, en el sur de Francia, para fundar una colonia de artistas y emocionado por la idea de tener a un artista de renombre como compañero invitó a Gauguin a unirse a él. A pesar de que Gauguin estaba un poco reticente al principio, finalmente aceptó la oferta de Van Gogh y se mudó a Arles en octubre de 1888.
Inicialmente, la relación entre los dos artistas parecía ser buena. Compartieron ideas artísticas y filosóficas, y pasaron horas discutiendo y pintando juntos. Durante este tiempo, Van Gogh estaba particularmente impresionado por la técnica y la creatividad de Gauguin, y aprendió mucho de él.
Sin embargo, la relación entre los dos comenzó a deteriorarse rápidamente. Gauguin tenía un temperamento difícil, y esto a menudo causaba conflictos con Van Gogh. Además, los dos tenían ideas artísticas muy diferentes, y esto a menudo resultaba en desacuerdos creativos.
En diciembre de 1888, el conflicto entre Van Gogh y Gauguin llegó a su punto crítico. Después de una discusión acalorada, Van Gogh cortó parte de su propia oreja izquierda. Gauguin se fue de Arles poco después, y la amistad entre los dos nunca se recuperó por completo.
A pesar de su corta relación, la colaboración entre Van Gogh y Gauguin resultó en algunas de las obras de arte más icónicas de la época postimpresionista. Van Gogh creó algunas de sus obras más famosas durante su tiempo en Arles, incluyendo “La casa amarilla” y “El dormitorio en Arles”. Gauguin también creó algunas de sus obras más importantes después de su tiempo en Arles, incluyendo “Mujeres de Tahití”.
A pesar de los conflictos y desacuerdos entre Van Gogh y Gauguin, su correspondencia y colaboración artística dejaron una marca duradera en la historia del arte y continúan siendo objeto de estudio.