Uno más…

Por Octavio Quintero

El Catolicismo, “órgano informativo de la Arquidiócesis de Bogotá”, reza su eslogan, editorializa en su edición de junio/24: “Hay que meterse en la discusión”.

Y con este título se viene lanza en ristre contra el Gobierno del Cambio. Dice que… “Hay una profusión de ideas -casi todas venidas de un solo lado-, que dejan la sensación de que el futuro no es esperanzador para la nación”.

Nota 1. El editorial no parece oír todas las voces, sino las que le conviene, para agregar que el futuro no es esperanzador, “porque todo apunta a que quienes le han causado un inmenso mal al país con la guerra, el terror, los secuestros, la extorsión, ahora están en plan de establecer esos modos de actuar y las ideas subyacentes -si las hay- como modelos de una nueva nación”.

Nota 2. El editorial parece olvidar, también, que dentro del inmenso mal causado al país con la guerra, el terror, los secuestros y la extorsión, como dice, está involucrado el propio Estado que ha sido condenado por jurisdicciones internacionales a pedir perdón y reparar a las víctimas (la UP, por ejemplo); y si se revisa la historia de violencia en Colombia, buena parte de ella ha sido acicateada desde púlpitos, recuérdese a Miguel Ángel Builes, quien pregonaba en sus homilías que “matar liberales no es pecado”, afrenta por la cual tuvo que pedir perdón la Iglesia colombiana en 2017, con motivo de la visita al país del papa Francisco.

Nota 3. La posición política inmersa en el editorial de marras, es negacionista del mismo Jesús. Esa Iglesia que venera símbolos del sacrificado como la Túnica y el Manto, se escandaliza con el sombrero de Pizarro, símbolo de paz… Poco le faltaría para negar también la Constitución del 91, porque participó, y en gran medida, el M-19.

Nota 4. Los medios politizados de oposición echan mano de ese editorial para masificarlo en contra del Gobierno del Cambio… Dicen, al unísono, que “la Iglesia católica arremete contra el Gobierno…”.

Precisión: El Catolicismo es solo vocero de la Arquidiócesis de Bogotá, y es de suponer, que no de todos los curas y prelados.

Síntesis: si la Iglesia -de la Bogotá centralista- quiere entrar en la discusión política, como incita El Catolicismo, que se quite la sotana. Bueno sería saber, de cara a las elecciones del 2026, cuántos somos pro-justicia, verdad, reparación, perdón y paz total en Colombia.