“No sabemos si somos mestizos, si somos españoles; y, sin embargo, seguimos rindiendo un tributo a esa clase alta dueña del poder”
Jaime Garzón
La historia segregacionista del país, es amplia, pero repetitiva, ¿Realmente a alguien le importan las personas de a pie que hacemos a este país grande?
Hace algunos años tuve, por desgracia, que acceder al servicio del Sisbén en Bogotá en un hospital cuyo nombre prefiero no recordar debido a que necesitaba un servicio médico para un familiar. Justo al intentar entrar a Urgencias logré ver personas durmiendo en el piso, personas con sueros y sondas urinarias suplicando un rápido servicio en un hospital en el que las personas rebosaban, el olor era inaceptable para cualquier hospital que respete la dignidad de cada persona; personas comentaban llevar más de 2 días allí suplicando por un servicio y, por si no fuera suficiente, los suministros médicos debían ser aportados por el mismo paciente como si no se tratase de un hospital, quepa la aclaración de que todos éramos personas de bajos recursos.
Algún tiempo después de tener que vivir esa situación, tuve que ir a alguna clínica que hacía parte de la Medicina Prepagada, allí el servicio era excelente, los pisos reflejaban limpieza, pero también reflejaban altísimas cuotas mensuales que, en este país, pocos se pueden permitir pagar.
Esta es una pequeña demostración de cómo la discriminación que rodea la sociedad Colombiana no ha cesado durante tantos siglos, de cómo los Aristócratas segregacionistas que controlan y desangran a diario esta agobiada y doliente nación se permiten seguirlo haciendo a como se les apetezca, ¿Cómo gozan las élites que han gobernado, la segregación más triste a cada persona por diferencias sociales y económicas? , ¿Cómo se permiten vivir en las más caras mansiones, mientras un alto porcentaje de colombianos debe trabajar horas extra para intentar que sus hijos no mueran de hambre?
Para nadie es un secreto que la violencia y el hambre en el país nos importa a pocos, la falta de oportunidades es preocupante, me pregunto, ¿Cómo podemos vivir con esto? ¿Cómo podemos vivir con total normalidad mientras hay conflicto en los municipios en los que la presencia del estado es prácticamente nula? Además, de que esta no significa enviar fuerzas militares a los departamentos, significa garantizar los derechos básicos a los ciudadanos, garantizar una educación de calidad, una salud de calidad, y todas las cosas de las que habla la Constitución que deben tener los colombianos, ¿En qué momento se volvió la sociedad tan indolente como para que no le importe que los nuestros mueran por este tipo de cosas? Ha sido normalizado permitir que los mismos de siempre no solo se aprovechen de nosotros, sino, también que se burlen de nosotros todos los días de su vida, discriminando a los patitos feos hasta el rincón más inseguro y triste del país, algo que solo se puede definir como un normalizado atentado contra la dignidad humana.
Además, preocupantemente en lugares exclusivos del país, los más ricos pueden incluso pagarle psicólogo a sus mascotas mientras en el Chocó la pobreza aumenta cada vez más, la marcada segregación socioeconómica logra penetrar incluso en los hijos de la élite empobrecedora, así en los colegios, el bullying escolar por razones socioeconómicas aumenta cada vez más y cada día es peor, y no solo eso, sino, su comportamiento ante la sociedad los hace denotarse como esos ‘privilegiados’ a los cuales sus padres los crían con el chip de que ellos son superiores a todos solo por tener más dinero y eso determina su comportamiento en sociedad, los crían como bonitos cisnes, con las algas y pescados más caros y los mejores y más modernos dispositivos electrónicos, a los que ellos mismos buscan que ningún patito feo acceda, esos patitos feos del Chocó, esos patitos feos que mueren de hambre cada día y a nadie le importa, esos patitos feos que se ven opacados por aquellos cisnes de criadero de lujo, el gran problema, es que en este cuento esos cisnes prefieren humillar a esos patitos feos mientras disfrutan y ríen junto a sus padres y junto a los poderosos que no se pueden permitir dejar de desangrar a las personas de a pie que realmente hacemos a Colombia.
Los gobernantes y los líderes emergentes en todo el territorio nacional debemos continuar la lucha para que el cuento tenga un final feliz, defendiendo los derechos constitucionales, haciendo veeduría a los poderosos que controlan para que estén asegurando salud y educación de calidad, el respeto por la dignidad humana, por la vida y por las libertades, quepa la oportunidad para declararme como uno de muchos que aún amamos a esta tierra, que sabemos que aún hay esperanza y buscamos luchar cada día porque esa esperanza se convierta en hechos, y también para invitar a quien sea que me esté leyendo a que luche junto a mí y junto a muchos por darle a este país y sus ciudadanos todas las cosas bonitas que merecemos, porque tenemos todo para ser de las mejores potencias pero si nadie lucha por esto solo seremos otra “Patria Boba”.
**Militante Alianza Verde