Washington afirma que destruyó el programa nuclear iraní tras atacar los complejos de Fordo, Natanz e Isfahán con la mayor bomba no nuclear del mundo.

Estados Unidos ha confirmado el uso por primera vez en combate de la bomba GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator (MOP), un artefacto guiado de precisión de 13.600 kilogramos, considerado el más poderoso de su tipo fuera del arsenal nuclear. El ataque tuvo lugar en la madrugada del domingo y tuvo como blanco las instalaciones nucleares subterráneas de Irán, especialmente el complejo de Fordo, ubicado en la ladera de una montaña cerca de Qom.
Según el Departamento de Defensa y el Pentágono, el MOP fue lanzado desde un bombardero furtivo B-2 Spirit, el único avión capaz de transportar y desplegar esta arma de forma efectiva. Cada B-2 puede cargar dos bombas GBU-57A/B, lo que equivale a una carga útil total de 27.000 kg. La bomba, de seis metros de longitud, es capaz de penetrar más de 60 metros bajo tierra antes de detonar, lo que la convierte en un instrumento clave para destruir búnkeres y túneles altamente fortificados.
El expresidente Donald Trump, en una declaración televisada posterior al ataque, aseguró que el objetivo fue “la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terrorismo número uno del mundo”. Las instalaciones atacadas incluyeron también las de Natanz e Isfahán.
Sin embargo, medios estatales iraníes minimizaron el impacto, afirmando que los daños fueron menores debido a una evacuación anticipada de las bases. Fordo, una de las instalaciones más protegidas del programa nuclear iraní, está enterrada a unos 80 metros de profundidad y defendida por sistemas antiaéreos iraníes y rusos.
Expertos, como Paul Rogers, profesor emérito de Estudios sobre la Paz en la Universidad de Bradford (Reino Unido), señalaron que el uso del MOP refleja un cambio en la estrategia militar estadounidense, combinando ataques de alta penetración con el apoyo de aviones F-22 para suprimir defensas aéreas y drones de evaluación de daños.
Aunque el gobierno iraní insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) detectó en marzo de 2023 partículas de uranio enriquecido al 83,7% en Fordo, un nivel cercano al requerido para armas nucleares. La semana pasada, la Junta de Gobernadores del OIEA declaró que Irán había violado sus compromisos de no proliferación por primera vez en dos décadas.
Se estima que EE.UU. dispone de un arsenal muy limitado de estas bombas, entre 10 y 20 unidades, fabricadas por Boeing y probadas únicamente en entornos controlados como el campo de misiles de White Sands, en Nuevo México.
La operación marca una escalada significativa en las tensiones entre EE.UU. e Irán y reaviva el debate sobre los límites de la disuasión militar en el conflicto nuclear de Medio Oriente.
Fuente: BBC