¿Cómo suceden los terremotos?

La corteza terrestre está formada como un rompecabezas, con diferentes piezas individuales encajadas. El rompecabezas incluye algunas placas oceánicas gigantescas y varias placas continentales más pequeñas. El número exacto de placas tectónicas pequeñas y muy pequeñas que hay está sujeto a debate científico.

Todas estas placas están “flotando” sobre el núcleo fundido de la Tierra. Debido a que el magma se hincha desde el núcleo en ciertos puntos de fractura, las placas se desplazan y migran unos pocos centímetros cada año por miles de millones de años. Se alejan unas de otras, se frotan o empujan entre sí, lo que hace que el continente que se encuentra encima de ellas se mueva. Estos movimientos se conocen como tectónica de placas.

Estos cambios tectónicos hacen periódicamente que las placas colisionen. Cuando la tensión resultante que se acumula en la roca de la placa se vuelve demasiado grande, esta puede fracturarse y algunas partes se desprenderán con una sacudida. Ondas de presión emanan de este epicentro y llegan a la superficie de la Tierra, donde se sienten como terremotos.

Por lo tanto, las regiones que se encuentran en las fallas, donde las placas tectónicas se encuentran entre sí, son especialmente propensas a sufrir temblores. Cualquier sismo que alcance 5 o más en la escala de magnitud puede causar daños visibles a los edificios, por ejemplo.

Si un terremoto ocurre debajo del océano, podría causar un tsunami. Estas olas en expansión y de alta velocidad pueden provocar inundaciones mortales si golpean los continentes. Es extremadamente difícil predecir sismos en esas regiones debido a la constante actividad sísmica.

Los terremotos potentes van casi siempre seguidos de réplicas más pequeñas, los cuales se producen porque las placas tectónicas en el epicentro continúan moviéndose, hasta que finalmente vuelven a asentarse. Las réplicas también pueden causar daños graves. Los edificios que resultaron dañados durante el temblor original pueden colapsar, provocando más muertes, heridos y desplazamientos.

Construcción antisísmica

A pesar de los grandes adelantos de la ciencia, absolutamente nadie puede predecir cuando se puede producir un movimiento telúrico, por eso, la única manera de proteger a la gente de los terremotos es construir edificios con estructuras antisísmicas resistentes a los terremotos.

La construcción y estructuras antisísmicas son aquellas que nos va a admitir soportar movimientos telúricos con mucha mayor superioridad de resistencia, para lo cual, los ingenieros encomendados a la construcción de vivienda han tomado en cuenta algunos primordiales detalles para hacerlas más invulnerables a estas circunstancias.

La construcción antisísmica comprende todas las edificaciones e infraestructuras construidas para soportar movimientos sísmicos sin desplomarse.

Características de la construcción de la vivienda:

Cuando la edificación se construye con la característica de ser antisísmica no se ve afectada por los movimientos telúricos, ya que cuenta con una resistencia mayor, que ha sido tomada en cuenta por los ingenieros, con el objetivo de que sean menos vulnerables ante ciertas circunstancias.

Son muchos los factores que entran dentro de las consideraciones a tomar en cuenta para construcciones antisísmicas y algunas son las siguientes:

El terreno de la vivienda.

La cimentación de la vivienda.

La consistencia de las estructuras de la vivienda.

La arquitectura de la vivienda.

La calidad de los materiales de construcción de la vivienda.

Elementos para una construcción antisísmica

La elección de los materiales de construcción depende de la disponibilidad, los conocimientos y experiencias locales relacionados a la construcción y la aceptación de la población. Los materiales de construcción más utilizados son el hormigón, el acero y la madera. Se intenta que los daños sean los menos posibles para no tener que demoler el edificio después del sismo.

Las edificaciones deben tener una estructura de hormigón armado con columnas en las esquinas y en los bordes de los vanos, conectadas con el encadenado superior, así como con el cimiento. Una variante para construir un muro rígido sin deformaciones durante el sismo, es conectar las esquinas de los muros con tensores formando un cruce.

En otros países que padecen los movimientos de la tierra, han diseñado un sistema de bloques aislantes en los cimientos permitiendo que el suelo se mueva pero el edificio no. El aislamiento de bases se utiliza cada vez más en nuevas construcciones.