Miles de personas se congregaron alrededor de la calle 26 para saludar y darle la bienvenida al Papa Francisco, quien arribó a la Capital colombiana para iniciar su visita de cinco días al país.
A las 4:12 de la tarde tocó suelo colombiano el avión que trajo al Pontífice desde Roma. Veinte minutos después el Obispo de Roma se encontró con el Presidente Juan Manuel Santos.
El Papa Francisco llegó este miércoles a Bogotá para una visita de cuatro días a Colombia, en la cual invitará a los colombianos a que den «el primer paso» en la reconciliación.
El argentino Jorge Mario Bergoglio, que en 2013 fue elegido como el sucesor de Pedro número 266, es el tercer Papa que visita a Colombia en medio siglo, luego de que lo hicieran Paulo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986.
El avión de Alitalia que transportó desde Roma al Pontífice, en un viaje de más de 12 horas y más de 9 mil kilómetros, aterrizó a las 4:12 pm en el aeropuerto Eldorado, de la capital del país, donde le esperaba el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, acompañado por su esposa María Clemencia Rodríguez de Santos.
Veinte minutos más tarde se abrió la puerta del avión, bautizado con el nombre del pintor italiano Giovanni Battista Tiepolo, un Airbus A330 y subió por la escalerilla el Nuncio Apostólicos en Colombia, monseñor Ettore Balestrero.
Enseguida apareció el Papa, quien descendió lentamente hasta encontrarse con el Presidente Santos quien le dio la bienvenida a nombre de los colombianos, en una tarde soleada.
El arzobispo de Bogotá, cardenal Rubén Salazar, y otros dignatarios de la Iglesia católica colombiana saludaron al Papa y a continuación el Jefe del Estado colombiano caminó al lado de Francisco, presentándole al Vicepresidente de la República, general (r) Óscar Naranjo y a los miembros del Gabinete.
A su turno el Papa presentó al Presidente Santos a miembros de su comitiva.
El Papa Francisco recibió un regalo de manos de Emanuel, hijo de la dirigente política Clara Rojas, que duró seis años secuestrada. El obsequio es una paloma blanca de cerámica de la artista Ana González Rojas.
Francisco rompió el protocolo en algún momento y se dirigió hacia un grupo de víctimas del conflicto, según relató minutos más tarde el Presidente Santos.
El ilustre visitante fue recibido con música típica colombiana interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, el grupo Jocayu, de Cali y la compañía Herencia Viva.
El pastor de la cristiandad y a la vez Jefe del Estado Vaticano se despidió del Presidente de la República y se trasladó con el cardenal Salazar en el papamóvil hacia la Nunciatura Apostólica, situada en el sector capitalino de Teusaquillo. En esa sede diplomática, cerca del centro de la ciudad, pasará las cuatro noches de su viaje a Colombia.
Nada más emprender el recorrido, Francisco saludó sonriente desde el papamóvil a los policías y demás miembros de los cuerpos de seguridad que estaban en la pista.
El vehículo blanco, precedido por decenas de policías en motocicletas, tomó luego la Avenida el Dorado, que comunica al aeropuerto con el centro de la ciudad, donde miles de personas lo saludaban con gritos, banderas y pañuelos blancos, y los más entusiastas corrían algunos metros detrás de la caravana para no perderse el momento.
En el comienzo del recorrido el obispo de Roma, siempre de pie, estuvo acompañado en el papamóvil por miembros del cuerpo de su seguridad y el cardenal Rubén Salazar, el nuncio apostólico Ettore Balestrero.
Francisco, siempre sonriente, no se cansó de saludar a la multitud y por momentos el recorrido se transformó en un maratón de fieles que trataban de seguir el paso de la caravana a pie o en bicicleta.
Hubo momentos difíciles porque la gran cantidad de gente que hizo que por momentos se detuviera la caravana.
A su llegada a la Nunciatura, el pontífice se dirigió a la multitud que le esperaba e hizo referencia a las cientos de miles de personas que se agolparon durante su recorrido.
Sobre todo se dirigió a los más jóvenes y les dijo «no se dejen vencer, ni engañar, ni pierdan la alegría, ni la esperanza y la sonrisa», les dijo el papa a su llegada y que después volvió a repetir a los jóvenes.
Para esta improvisada «plaza de San Pedro» se instaló un pequeño palco y una zona para la prensa en el exterior de la Nunciatura.
En esta primera «audiencia» en Bogotá recibió a miembros del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron), y algunos de estos niños le cantaron.
También hubo miembros de las Familias de la Misericordia (Famis), un grupo de laicos y sacerdotes católicos, que se dedican a obras en favor de los más necesitados.
Francisco recibió una ruana, el tradicional poncho colombiano, que los jóvenes de Idipron han tejido personalmente, y no dudó en ponérsela.
Después el pontífice argentino se retiró a descansar tras las 12 horas de viaje.