El gigantesco mural está ubicado en el emblemático barrio San Victorino de la localidad de Santa Fe.
En el marco del décimo aniversario de la muerte del escritor colombiano Gabriel García Márquez, la administración distrital, en cabeza de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, reconoce su vida y obra mediante la creación de un mural de gran formato en el centro de Bogotá.
El gigantesco mural está ubicado en el emblemático barrio San Victorino de la localidad de Santa Fe.
La realización del mural fue posible gracias a la convocatoria ‘10 años de Macondo’ de la SCRD, que entregó un estímulo por valor de $50.000.000 al colectivo ganador para la realización de esta intervención artística.
En conmemoración de una década desde la partida del Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, la Administración Distrital, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, entrega a la ciudad el mural “Macondo: un estado de ánimo”, una invitación a explorar los mágicos universos y el legado que este gran soñador y contador de historias dejó a los colombianos.
“Esta iniciativa buscaba retratar la profundidad de los personajes icónicos de las novelas de Gabriel García Márquez, que sirven de inspiración y dan pie a expresiones artísticas en calle; así como democratizar la cultura, fomentar la apropiación de los espacios públicos, fortalecer el tejido cultural y promover la reflexión sobre temas universales como el amor, la soledad, el poder y la vida”, señaló Santiago Trujillo, secretario de Cultura, Recreación y Deporte.
Esta obra puede ser apreciada en su totalidad por habitantes y turistas en el costado norte del edificio de la Carrera 10 No. 12 – 53 en San Victorino, uno de los barrios más emblemáticos del centro de la ciudad. Allí, este lienzo de colores a gran escala llena de vida el sector y se suma al paisaje de Bogotá para proyectarse como un punto que invita a detenerse, contemplar y soñar.
La realización de este mural se enmarca en la estrategia de espacio público de la Subsecretaría de Cultura Ciudadana de la SCRD, que busca transformar el relato y la manera en la que los habitantes se relacionan con la ciudad. Con esta intervención artística, además, se quiere generar sentido de pertenencia y respeto por el entorno urbano, incentivando cambios comportamentales hacia el uso adecuado de los espacios públicos.
Durante la entrega oficial del mural, que se llevó a cabo el 8 de noviembre, la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá – BibloRed, realizó diferentes actividades en calle para que transeúntes y habitantes en general, se conectaran con los personajes, lugares y frases de las obras de Gabriel García Márquez. De esta manera, a través de la mediación de lectura, la ciudadanía pudo comentar e intercambiar impresiones sobre el mural, con libros y citas que recrearán el universo literario de Gabo. También se entregaron ejemplares del Libro al Viento y piezas de origami con frases de las obras del Nobel.
Detalles de la creación del mural de García Márquez
Roger Abril, conocido como Rytmo, y Néstor Arteaga, artistas especializados en muralismo en el espacio público e integrantes del colectivo ‘Fuego en el 23’, son los creadores de esta intervención como resultado de la invitación cultural de la SCRD, ‘10 años de Macondo’, que entregó $50.000.000 para la realización de este mural a gran formato (18 metros de ancho x 21 metros de alto).
Macondo, la creación más icónica del escritor colombiano, sirvió como punto de partida e inspiración para que Rytmo y Arteaga se postularan en esta convocatoria de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, que cerró en abril de este año con un total de 54 inscritos.
Su propuesta creativa reúne elementos de la cultura contemporánea que hacen alusión a Macondo y a algunas realidades del país que aún se mantienen vivas. “Es muy interesante ver las diferentes interpretaciones que la gente le da a esta obra que nació de un boceto a lápiz. Hay una escena particular de Macondo que quisimos recrear, pero sin necesidad de ser evidente, para permitirle a las personas llevarse diferentes puntos de vista de manera libre”.
La realización de este mural les tomó a estos dos artistas aproximadamente veinte días, y se convirtió en todo un reto debido al formato de gran tamaño. Su herramienta permanente fue un andamio colgante y, a pesar del miedo a la altura, para Arteaga esta obra es el resultado de la motivación y del compromiso con su ciudad, en especial con este sector de San Victorino, que se constituye como “una metáfora de Colombia en el que confluyen el caos, la diversidad y la historia”.