En nuestra escala humana, las estrellas parecen ser luces eternas y permanentes anidadas en el cielo nocturno. Sin embargo, incluso estos poderosos cuerpos celestes eventualmente se extinguen. Nuestra estrella, el Sol, que ahora tiene 4.600 millones de años, eventualmente también se extinguirá. Al final de su vida, nuestra estrella terminará convirtiéndose en una gigante roja, engullendo a Mercurio, Venus y la Tierra a su paso, recuerda el astrofísico David Elbaz.
Una estrella es una gigantesca bola de gas compuesta principalmente de hidrógeno y helio. En su centro, los átomos se atraen unos contra otros por efecto de la gravitación. Entonces se encuentran tan apretados que la presión aumenta enormemente, tanto que produce calor. La temperatura en el núcleo de la estrella alcanza entonces varios millones de grados. A esta temperatura, algunos átomos se fusionan para formar otros nuevos. Durante estas reacciones, se libera energía en forma de radiación: la estrella se hincha y brilla. Al final de su vida, es decir, dentro de aproximadamente 7.600 millones de años, el Sol verá cómo su volumen se extiende mucho más allá de sus límites actuales y se convertirá en una gigante roja, envolviendo nuestro planeta que podría conocer un destino desastroso.
Un planeta destrozado por su estrella
Esta semana, los astrónomos pudieron observar “en vivo” un planeta siendo tragado por una estrella ubicada en un sistema solar distante.
“Hablamos de succión, pero en realidad, la estrella se hizo tan grande que engulló al planeta y lo destrozó por completo en el proceso”, dice el astrofísico David Elbaz, autor de Las diez mil y una noches en el universo (ed. Odile Jacob). “Además, incluso antes de que el planeta fuera tragado, estaba hecho trizas por la atracción de la estrella que se estaba inflando. Y, cuando la atmósfera volvió a entrar en la estrella, dio lugar a un exceso de luz” y esto es lo que permitió a los científicos para observar el fenómeno.
Un destino similar le espera a nuestro planeta. “En dos o tres mil millones de años, la atmósfera se evaporará por completo. Finalmente, en unos siete mil millones de años, el Sol perderá su masa y por lo tanto su poder de atracción hacia la Tierra será un poco más débil… Pero en 7.600 millones de años, el Sol volverá a crecer y se tragará a Mercurio, luego a Venus, ¡luego a la Tierra! Así, según las últimas estimaciones, la Tierra será bien engullida por el Sol”, explica David Elbaz.
El científico especifica que las leyes de la atracción son más fuertes que el hombre y que no hay nada que podamos hacer al respecto. “La Tierra está condenada a dejar de ser habitable y no hay escapatoria…”
Fuente: Capital.fr