Por: Darío Jaramillo / Apuntes, d.j.a. / Luna Libros.
Talese es uno de los padres del periodismo literario de Estados Unidos y Honrarás a tu padre es uno de sus clásicos. Publicado originalmente en 1971, instantáneamente se convirtió en un best seller mundial. Hoy, cuarenta y seis años después, es un libro que no ha envejecido nada; sigue siendo tan bueno como le parecía a los reseñistas de entonces, o más, porque con la perspectiva histórica, los hechos que narra siguen teniendo actualidad. Aquí un paréntesis para los relectores: si usted, como tantos, leyó Honrarás a tu padre cuando era novedad, de todos modos disfrutará hoy su lectura; y tendrá un bono adicional, un epílogo para esta edición, en el que Talese cuenta que pasó con los Bonanno, desde cuando cerró su libro hasta nuestros días.
Honrarás a tu padre es periodismo. Todo lo que cuenta sucedió realmente. Y es la historia de la familia Bonanno, famosa por pertenecer a la mafia de Nueva York y a la que, por el decenio de los sesenta, el estado norteamericano decide perseguir. Y perseguir es perseguir: por ejemplo, en cierto momento, un agente del FBI decide poner bombas en las casas de los Bonanno y de algunos de sus rivales, con el fin de provocar una guerra entre pandillas; por ejemplo, hostigar con vigilancia de los lugares (bares, restaurantes, sitios legales) de las familias que suponen mafiosas; por ejemplo, interrogatorios y detenciones porque sí y porque no. La vida de Bill Bonanno, el protagonista de esta historia, no es más que eso, hasta el punto de que la primera vez que lo meten a la cárcel es por una tarjeta de crédito con la que Bonanno firmó deudas por… dos mil cuatrocientos dólares.
Hans Magnus Enzensberger, al estudiar la prohibición del alcohol en Chicago, piensa que la delincuencia organizada surge cuando el estado prohíbe actividades que la sociedad tiene legitimadas. Entonces el grupo mafioso actúa como un pequeño estado con su propia justicia (y ajusticiamiento), su código de honor, sus bancos y su policía. Por su parte, Talese piensa que “en el mundo más amplio del capitalismo norteamericano… tradicionalmente ha existido una reticente admiración por los gánsteres realmente ricos, posiblemente porque su éxito reafirma la creencia de todo magnate en el sistema de la libre empresa o posiblemente porque la astucia y la iniciativa de esos gánsteres les recordaba a algunos industriales, banqueros y hombres de Estado cómo había sido el comienzo de sus propios abuelos”.
Observa Talese que “cuando el ciudadano norteamericano común pensaba en la Mafia, por lo general se imaginaba escenas llenas de acción y violencia, de dramáticas intrigas y confabulaciones que valían millones de dólares, de limusinas negras e inmensas cuyas ruedas chirriaban al doblar las esquinas mientras las balas de las ametralladoras se regaban por el andén; ésa era la versión de Hollywood y aunque mucho de eso se basaba en la realidad, también es cierto que exageraba absurdamente esa misma realidad, omitiendo por completo la sensación que dominaba la existencia de la Mafia: una rutina de interminables esperas, tedio, escondites, exceso de cigarrillos, exceso de comida, falta de ejercicio físico, mientras pasaban la vida recostados en habitaciones con las cortinas cerradas y muriéndose de tedio al tiempo que trataban de mantenerse vivos”. Un libro excepcional.