Más de un mes los aficionados del cine en Colombia soñamos con la famosa estatuilla exhibiéndose en las salas y teatros del país, como conozco a mi gente y aquí todo lo politizan, nos salvamos de la exhibición de la estatuilla en el capitolio nacional y un puñado de políticos interpretando el escabroso argumento que el premio es un presagio de los vientos de paz por la posible desmovilización de las Farc.
Sin duda el evento es importante porque es una gran vitrina para la cinematografía mundial, productores y exhibidores de todo el mundo tendrán en cuenta que en Colombia se está haciendo buen cine como lo demostraron Ciro Guerra y Cesar Acevedo en el 2015, lo lamentable es que eso se piense por que sea la industria de Hollywood quien lo haya dicho con la nominación, pues fue después de eso que las salas de cine volvieron a programar “El abrazo de la serpiente” en cartelera.
La velada fue amenizada por el actor Chris Rock quien tenía en el libreto hacer una alusión satírica por la ausencia de afroamericanos en los premios, pero los directores del evento tienen muy bien planeado esto y para que consideremos que la industria de Hollywood es incluyente están: la nominación de los mexicanos, el feminismo en Mad Max y la perspectiva de género en La chica danesa, esa sería la agenda social.
Chile se llevó el Óscar a mejor corto animado con “Bear Story” (Historia de un oso) inspirada en el exilio forzado de Leopoldo Osorio abuelo del realizador y militante socialista y secretario del presidente Salvador Allende, aunque el socialismo actual de Chile sea tan capitalista como el de España o Brasil, al menos tienen universidad gratuita, aquí estamos peor.
El ganador de la mejor canción original le dedicó el premio a la comunidad gay, Sam Smith emocionó a los presentes y dejó a Lady Gaga con las manos vacías, la mejor película extranjera es para (El hijo de Saúl) una película de brutal e incuestionable emotividad sobre un tema que parecía agotado “El holocausto nazi”.
El mejor director por segundo año consecutivo es Alejandro Gonzales Iñarritu que desde que dirigió (Biutiful) empezaría por primera vez a contar algo diferente a su tradicional cruce de historias, sus palabras hicieron alusión a la diversidad “Existe gente a la que no escuchan porque en ellos sólo ven el color de la piel. Nos tenemos que liberar de esos prejuicios y lograr que el color de la piel sea algo irrelevante”.
Leonardo DiCaprio por fin logra el galardón, este actor el cual vimos crecer en filmes como; Quien ama a Gilber Grape, Titanic, El aviador, y la que le acaba de dar el Oscar “El renacido” parece completar los estándares de la academia, personaje basado en hechos reales, rostro afeado, dirigida por alguien reconocido, coprotagonizada por alguien famoso pero no tanto, un patrón que viene identificando el público y los expertos pero que la academia no había reconocido, personalmente me pareció mejor su personaje de Jordan Belfort en el lobo de Wall Street. Su discurso para las millones de personas del mundo entero fue fiel a su activismo ambiental, se prevenga el calentamiento global y que los líderes mundiales no estén al servicio de las grandes corporaciones, recuerdo que recién se vendió Isagén y ya estamos negociándole energía a Ecuador.
La mejor película fue «Spotlight» que hace una fuerte crítica al catolicismo sobre los casos de pederastia que sucedieron en la ciudad de Boston y que fueron ampliamente difundidos por el diario Boston Globe, esta investigación periodística ganó el premio Pulitzer al denunciar los extendidos escándalos de pedofilia y el subsiguiente encubrimiento dentro de la Iglesia Católica, película necesaria porque desgraciadamente estos casos siguen ocurriendo en muchos lugares del mundo donde sacerdotes y pastores se aprovechan de su investidura para abusar de mujeres y niños, también esperemos que sea vista por Vicky Dávila y entienda que es distinto presentar a investigar y hacer periodismo.
El Óscar no es el premio más respetado en el cine, ni un premio que garantice el mejor talento, pero “El abrazo de la serpiente” en esta ceremonia hizo soñar a todo un país como en las buenas películas, la industria cinematográfica colombiana debería aprovechar este cuarto de hora para apoyar el cine nacional en las salas, no se puede seguir dejando una semana nada más las producciones locales que no dan los dividendos esperados, parece que la ley de cine está dando resultados y queda por construir ampliamente procesos de formación de públicos para que no consumamos solo cine chatarra, que haya equidad entre lo comercial y comestible, el cine de autor y el apoyo a la cinematografía nacional tanto en su producción como en su exhibición.
Marzo 1 de 2016