A la edad de 73 años, falleció Juan Gustavo Cobo Borda, reconocido intelectual, poeta, ensayista, editor y gestor cultural.
La muerte del prestigioso escritor, ocurrida este lunes en Bogotá, fue confirmada por amigos cercanos, quienes recibieron la noticia de su hija Paloma.
Desde hacía varios meses sufría de esclerosis múltiple que lo alejó de cuerpo presente de toda actividad pública, sin embargo, seguía vigente a través de comentarios en la radio, la televisión y la prensa y en especial de las publicaciones de sus poemas.
Hijo de exilado español que llegó al país huyendo de la violencia, y de madre que venía de una familia de escritores, había nacido en Bogotá en octubre de 1948. Desde joven se inclinó por la filosofía, que cursó en la Universidad de Los Andes, y más adelante, idiomas en la Universidad Nacional.
Juan Gustavo Cobo Borda fue un hombre absolutamente abocado a la divulgación de la cultura; tal es así que dirigió durante mucho tiempo la Biblioteca Nacional.
A Cobo Borda se lo ubica dentro del grupo llamado ‘Generación sin nombre’, cuyas principales características es presentar una poesía disconforme con la realidad, el grupo formado en el año 1968, lo conformaron en un principio Darío Jaramillo Agudelo, David Bonells, José Luis Díaz-Granados, Henry Luque Muñoz, Álvaro Miranda y Augusto Pinilla, luego se sumarían, a la mencionada generación, Elkin Restrepo, Jaime García Maffla, María Mercedes Carranza y Miguel Méndez Camacho, entre otros.
Fue autor de varias obras, entre ellas La alegría de leer (1976), Salón de té (1979), La tradición de la pobreza (1980), Casa de citas (1981), Ofrenda en el altar del bolero (1981), Roncando al sol como una foca en las Galápagos (1982), La otra literatura latinoamericana (1982), Antología de la poesía hispanoamericana (1985), Letras de esta América (1986), Álvaro Mutis (1989), Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos (1991), Poemas orientales y bogotanos (1991), Germán Arciniegas (1992), El coloquio americano (1994), Para llegar a García Márquez (1997) y Borges enamorado (1999).
La obra de Cobo Borda presenta un tono de delirio y sensualidad, cualidades presentes sobre todo en sus primeras publicaciones, que se titularon Salón de té y Ofrenda en el altar del bolero. Posteriormente su poesía adquirió un carácter más intimista; de esta etapa podemos citar Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos y El animal que duerme en cada uno.
Dirigió la Librería Buchholz, en Bogotá, relevando en el cargo al también poeta Nicolás Suescún. Entre 1973 y 1984 dirigió la revista Eco, que, junto con Mito, que circuló entre los años cincuenta y 1962 con la muerte de su fundador Jorge Gaitán Durán, marcaron una época en la historia de las publicaciones culturales colombianas.
A finales de los años ochenta creó y dirigió la revista Gaceta, en la que impulsó la reedición, a bajos precios, de obras claves de la literatura, en tres colecciones: la Biblioteca Básica, la Colección de Autores Nacionales y la Colección Popular.
Fue asistente de dirección del Instituto Colombiano de Cultura, cargo que ocupó de 1975 hasta 1983, año en el que fue nombrado como agregado cultural de Colombia en Argentina. También desempeñaría funciones similares en España y Grecia, en esta última nación como embajador.
En 1985 compiló la Antología de la poesía hispanoamericana editada por el Fondo de Cultura Económica, y en los años noventa se encargaría de la edición de unos cuarenta títulos, entre obras inéditas o reediciones, en la Biblioteca Familiar Colombiana.
Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua desde 1993, Cobo Borda donó en 2012 a la Biblioteca Luis Ángel Arango, su archivo literario y correspondencia desde los inicios de la llamada “Generación sin nombre”.
En 2016 recibió un ‘doctorado honoris causa’ de la Universidad Central y ese mismo año se le encargó también de presidir las VIII Jornadas de Poesía del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, organizado por la Casa de Poesía Silva.