Este es el epílogo de la carrera del satélite Aeolus. En los próximos meses, se acercará a la Tierra para quemarse en la atmósfera.
Debía estar operativo durante tres años antes de ser destruido. Finalmente, el pequeño satélite Aeolus se habrá beneficiado de una mayor longevidad. Lanzado en 2018, duró 18 meses más que su vida útil original, lo que brindó a los científicos la oportunidad de recopilar más datos. Pero hoy es el final: Aeolus se desintegrará en la atmósfera.
Una caída bajo control
Así lo informó la Agencia Espacial Europea (ESA) en un reciente comunicado. En las próximas semanas y meses, Aeolus verá disminuir su altitud gradualmente, pasando de 320 km a 280 km, luego a 150 km y finalmente a 80 km. Es entonces cuando la atmósfera, que se ha vuelto relativamente densa de nuevo, hará su trabajo y desintegrará el satélite.
La primera fase del descenso se realizará de forma natural, sin intervención del centro de control. Es a partir de 280 km que los operadores tomarán el control de la máquina para llevarla a las altitudes deseadas. La velocidad de la nave alrededor de la Tierra, necesariamente alta para mantener la órbita, provocará una fricción significativa con el aire, que consumirá a Aeolus.