El Oso Andino o de Anteojos -Tremarctos ornatus- es la única especie de la familia de los úrsidos comúnmente conocidos como osos, que habita en Suramérica. La conservación de este carismático animal y de su entorno, contribuye al mantenimiento de muchas especies de fauna y flora, esenciales para la regulación y aprovisionamiento de servicios ecosistémicos, fundamentales para garantizar la supervivencia del ser humano.
Sin embargo, factores como el aumento de asentamientos humanos, la ampliación de la frontera agropecuaria, la caza ilegal para el comercio de partes de su cuerpo, entre otras actividades, han generado la pérdida y transformación de los escenarios habitados por el Oso de Anteojos, y con ello la disminución significativa de la población, según concluyen los estudios adelantados por la CAR Cundinamarca, Parques Nacionales Naturales, Corpochivor, Corpoguavio, Corporinoquia, Corpoboyacá y Cormacarena.
Teniendo en cuenta lo anterior, así como la condición de vulnerabilidad del Tremarctos ornatus, la CAR Cundinamarca viene trabajando desde el 2012 en estrategias para la conservación de esta especie. Para ello formuló el plan de manejo y conservación del Oso Andino y ha implementado para su monitoreo la técnica de foto-trampeo, mediante cámaras trampa situadas en diferentes municipios, en donde se ha verificado el estado poblacional de la especie.
Así mismo, la autoridad ambiental ha adelantado estudios, mediante la implementación de herramientas moleculares con microsatelites, que permiten validar las condiciones genéticas de la población presente en el territorio.
La Corporación hizo un especial llamado a las comunidades que habitan los escenarios poblacionales de esta especie, para evitar acciones como la caza ilegal, inadecuadas prácticas agrícolas y la ocupación de ecosistemas fuera del marco legal, especialmente en zonas de páramo y alta montaña, pues son factores de riesgo que aumentan las probabilidades de vulnerabilidad y extinción del Oso Andino.
Febrero 22 de 2020