Dolor de espalda crónico, pérdida de memoria a corto plazo y obesidad son algunos de los problemas que sufrirán las personas por falta de sueño de calidad, según una proyección.
Un inquietante modelo digital muestra el aspecto que podrían tener los seres humanos en el futuro si no duermen las horas necesarias.
El modelo, bautizado como ‘Hannah‘, fue creado por la empresa minorista británica Bensons for Beds y la doctora experta en sueño Sophie Bostock. Las conclusiones de su investigación revelan los cambios que sufrirá el cuerpo humano tras no dormir al menos siete horas por noche.
‘Hannah‘, es una representación de una mujer británica en el año 2050. A sus 45 años padece de dolor de espalda crónico, pérdida de memoria a corto plazo, dramático envejecimiento de la piel, obesidad y caída del cabello.
La Dra. Sophie Bostock dice: “Hannah es un ejemplo que invita a la reflexión sobre el impacto holístico que tiene el sueño en el mantenimiento de la salud general. Los estudios demuestran que la falta prolongada de sueño puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades que pueden afectar al corazón, como la obesidad, las enfermedades cardíacas y la diabetes tipo 2”.
“En las últimas décadas se ha acelerado la investigación sobre la importancia de un sueño constante y de buena calidad para nuestra salud y bienestar. Muchos de nosotros no nos damos cuenta de que las rutinas diarias desordenadas y la falta de sueño interfieren en nuestros ritmos circadianos, los ciclos de 24 horas que controlan nuestra fisiología”.
La evidencia del diseño de Hannah fue recopilada a partir de artículos de investigación publicados en revistas académicas desde 2010. Esto incluía los impactos físicos en el cuerpo humano, incluidos el cerebro, el sistema inmunológico, los músculos, la piel, los ojos y el cabello, que la falta de sueño puede causar al cuerpo.
¿Qué le ha hecho la falta de sueño a Hannah?
Desde la pérdida de memoria a corto plazo y el dramático envejecimiento de la piel hasta la obesidad y la caída del cabello. Hannah es una dramatización, basada en investigaciones científicas y basadas en evidencias, sobre los impactos físicos que la falta de sueño puede tener en el cuerpo humano.
Daños por la falta de sueño
Cabeza: La falta crónica de sueño ha provocado que “Hannah” haya desarrollado alopecia. También ha afectado negativamente tanto a su memoria a corto como a largo plazo. Mientras tanto, sus párpados están rojos, colgantes e hinchados. Tiene ojeras, líneas finas y comisuras caídas alrededor de la boca.
Las noches largas y las madrugadas han debilitado el sistema inmunológico de “Hannah”, que parece más vulnerable a infecciones respiratorias como el resfriado común y la gripe.
Piel: Vivir consistentemente con solo 6 horas de sueño ha tenido un impacto significativo en la piel de Hannah, reduciendo la elasticidad y aumentando los signos del envejecimiento.
Cuerpo: Dormir en un colchón viejo está causando estragos en su piel; un refugio para los ácaros del polvo que le han provocado varias enfermedades de la piel, incluido el eczema.
Hannah también sufre de dolor crónico. La falta de sueño ha aumentado su dolor de espalda, provocado por un colchón de mala calidad, que no ha sujetado su cuerpo ni su columna de forma adecuada. Esta relación entre la falta de sueño y el dolor es un círculo vicioso que amplifica su falta de sueño y empeora el dolor crónico en el hombro y la espalda.
La falta de sueño ha afectado a sus hormonas leptina y grelina, que controlan la sensación de hambre y saciedad. Ahora tiene antojos de comida todo el tiempo. Sin dormir lo suficiente, su cerebro ha reducido la leptina y ha aumentado la grelina, que es un estimulante del apetito. El flujo de estas hormonas podría explicar por qué pica entre horas o come en exceso más tarde en la noche.
La falta de sueño también la ha hecho sentir demasiado cansada y desmotivada para hacer ejercicio. Con el tiempo, “Hannah” ha dejado de hacer ejercicio, lo que le ha hecho ganar un peso significativo alrededor de su abdomen.
Finalmente, vivir sin energía día tras día ha provocado que “Hannah” sufra atrofia muscular y que sus brazos y piernas se encojan de tamaño y forma. La falta prolongada de sueño le ha provocado una enfermedad cardíaca, que ha afectado prematuramente a su esperanza de vida, uno de cuyos signos son sus tobillos hinchados.
Cómo evitar los riesgos de dormir mal
“Hannah” es una predicción del peor escenario posible de lo que podría pasarle a alguien si hace todo mal en términos de una mala rutina de sueño y un colchón de mala calidad. La creación de este modelo fue para que las personas piensen más detenidamente sobre su experiencia de sueño en general. El uso de este elemento visual facilita que las personas identifiquen el problema y los signos clave.
Por supuesto, ella no representa a todos las personas, sin embargo, es importante tener varias estrategias de higiene del sueño, como la meditación, mantenerse hidratados e invertir en un colchón de apoyo.
Consejos para el buen dormir
Levantarse de la cama a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, siempre que se pueda. Esto te ayudará a mantener sincronizado el ritmo circadiano, lo que permitirá conciliar el sueño y despertarse con mucha más facilidad.
Mantenerse físicamente activo. Se recomienda 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa por semana, además de 2 sesiones de fortalecimiento y 2 sesiones de equilibrio para una buena salud. El ejercicio físico también aporta una serie de beneficios para la salud mental, y una mala salud mental puede ser perjudicial para el sueño.
Buscar luz natural durante las horas del día. Tomar descansos al aire libre siempre que sea posible y trabajar junto a una ventana si puede. Dos horas antes de acostarse, apagar las luces brillantes del techo y mantener el dormitorio lo más oscuro posible. También tratar de mantener el dormitorio a una temperatura fresca y cómoda y bloqueada la mayor cantidad de ruido posible.
Terminar la comida principal al menos dos horas antes de acostarse. Comer tarde puede alterar la calidad de su sueño. El alcohol y el tabaco pueden ser especialmente perjudiciales para la calidad y la duración del sueño.
Reservar los últimos 30 minutos del día para relajarte y desconectarse. Mantener el teléfono y las pantallas fuera del dormitorio. Usar la cama para dormir y tener intimidad, y nada más.
Invertir en un colchón cómodo y que brinde apoyo. Los colchones deben reemplazarse cada 8 a 10 años, de lo contrario, pueden perder apoyo y convertirse en un lugar desagradable y poco limpio para dormir.
Sin embargo, el tratamiento recomendado para el insomnio, si todo lo demás falla, es consultar con un profesional médico. Su médico de cabecera puede aconsejarle sobre hábitos de sueño saludables o descartar otras afecciones que podrían estar afectando su sueño.
También pueden derivarlo a un enfoque de terapia de conversación llamado “terapia cognitivo-conductual para el insomnio” (TCC para el insomnio). Esto puede ayudarlo a identificar los pensamientos, sentimientos y conductas que pueden contribuir al insomnio y reemplazarlos con hábitos que favorezcan un buen sueño. En lugar de medicamentos que pueden aliviar los síntomas, la TCC para el insomnio ayuda a abordar la causa para lograr una solución sostenible a largo plazo.