Guillermo Cano Isaza fue asesinado el 17 de diciembre de 1986 en Bogotá por el cartel del Medellín.
Al día siguiente de su asesinato, las calles de la capital del país se abarrotaron de periodistas y ciudadanos en la denominada “Marcha del Silencio” que daría lugar a un hecho sin precedentes en la historia. Por 24 horas todos los medios de comunicación guardaron silencio; periódicos dejaron de circular, emisoras de radio y televisoras no transmitieron en contundente rechazo a uno de los crímenes más infames del periodismo.