En la Sabana de Bogotá, varios municipios han experimentado algunos de los efectos negativos derivados del fenómeno de El Niño, que sumados a condiciones propias de esta época del año como son el aumento de la radiación solar y las heladas en la madrugada, incrementan la probabilidad de ocurrencia de incendios forestales.
Estos incendios tienen graves consecuencias en los ecosistemas terrestres debido a que generan pérdidas de fauna y flora, adicionalmente, contaminan el aire y el agua.
A la fecha se reporta la pérdida de 250 hectáreas en Cundinamarca consumidas por incendios forestales, los municipios de Soacha y Sibaté han sido de los más golpeados, mientras que en Bogotá localidades como Usaquén, San Cristóbal, Fontibón y Kennedy, ya se han presentado emergencias.
Los últimos reportes del IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) estiman que desde finales del año 2018 y aproximadamente hasta marzo de 2019, el país se enfrentará al fenómeno de El Niño, evento de variabilidad climática que se caracteriza por el incremento de la temperatura superficial del Océano Pacífico, como resultado de la interacción aire–mar que produce una alteración del clima, que a su vez, genera un leve aumento de la temperatura y bajas lluvias en las regiones colombianas del Caribe, Pacífico y Andina.
El Niño responde a una variación climática y es diferente al cambio climático, pues se trata de un fenómeno que se presenta en nuestro planeta desde hace miles de años y se repite con una variación interanual entre 3 y 10 años. En este contexto el cambio climático modifica los patrones climáticos a gran escala, lo que eventualmente podría incidir en que los efectos de El Niño tengan un impacto mucho mayor.
Autoridades en alerta
La afluencia de público en esta época del año a los cerros circundantes de Bogotá y municipios aledaños trae el riesgo de incendios forestales, ya que muchos de los ocurridos en estos ecosistemas son de origen antrópico, es decir, que se producen por el abandono de fogatas, la presencia de residuos sólidos como botellas, o manos criminales.
Los ecosistemas de montaña, los humedales urbanos son extremadamente vulnerables a las temporadas secas. Durante la ocurrencia de este fenómeno entre el año 2015 y 2016, algunos humedales fueron declarados en alerta amarilla y naranja con el fin de suplir su déficit hídrico, buscando garantizar al mismo tiempo su integridad física, así como sus valores de conservación.
Aunque las autoridades ya cuentan con planes y acciones de contingencia para enfrentar esta temporada seca, hacen un llamado a la comunidad en general que se abstenga de hacer fogatas en espacios públicos y zonas de bosque y solicitan que informen de manera inmediata la presencia de cualquier conflagración de este tipo para actuar con rapidez y evitar afectaciones.
Enero 24 de 2018