La doble campeona del mundo de ajedrez Anna Muzychuk renuncia a defender sus medallas en Arabia Saudita, la campeona mundial no competirá en Arabia Saudí por principios.
“En unos días voy a perder dos títulos de campeona mundial, uno tras otro”. Con este anuncio la doble campeona del mundo Anna Muzychuk comunicaba en Facebook que no estaba dispuesta a defender sus medallas de oro en Arabia Saudita. La causa no es del todo habitual: una “simple” cuestión de principios. La ucraniana, de 27 años, lo hacía en protesta por “por no jugar con las reglas de otros, por no llevar abaya -la larga túnica típica de los países árabes-, por no tener que salir a la calle acompañada” y por no sentirse “una criatura de segunda”.
“Hace exactamente un año gané estos dos títulos y era la persona más feliz del mundo, pero esta vez me siento realmente mal”, añadía. “Estoy lista para defender mis principios y saltarme la competición, donde esperaba ganar más que en una docena de torneos juntos. Todo eso es molesto, pero lo más inquietante es que no le importa realmente a casi nadie”. Al final, su declaración no ha pasado inadvertida, aunque el Mundial empezó ayer en Arabia Saudita (termina el día 30) con ausencias notables, pero con la mayoría de los mejores ajedrecistas de la clasificación mundial.
Dentro de la élite, solo el estadounidense Hikaru Nakamura ha causado baja como protesta. “Organizar un torneo en un país donde los derechos humanos más básicos no tienen valor es horrible. El ajedrez es un juego que pueden practicar las gentes más diversas, no divide a las personas por su religión su país o su origen”, escribió Nakamura. Sus compatriotas Wesley So y Fabiano Caruana tampoco participan, aunque no han dado mayores explicaciones sobre su ausencia. Hay quien ha lamentado que el campeón mundial, Magnus Carlsen, haya optado por jugar. En general, los maestros asistentes, como el español Paco Vallejo, han destacado las excelentes condiciones de juego. La sede es un edificio espectacular en Riad, obra del arquitecto Zaha Hadid.
Pero las hermanas Muzychuk se han bastado para que se hable de las decisiones de la Federación Internacional, a la que le cuesta encontrar anfitriones para sus torneos. A los dos títulos ganados el año pasado en Qatar por Anna -allí sí se colocó la hiyab, a lo que se negó su hermana-, se suma su victoria en rápidas en la ciudad siberiana de Ugra, en 2014, y el triunfo de Mariya en el Mundial de Ajedrez clásico de Sochi (Rusia) en 2015. “Este es un sentimiento realmente amargo, pero no tanto como sería cambiar de opinión y de principios”, termina el comunicado. “Lo mismo puedo decir de mi hermana Mariya. Estoy muy feliz de compartir sus puntos de vista. Y sí, para esos pocos que se preocupan, ¡volveremos!”.
Sin pañuelo, por primera vez
En favor de la organización, se puede decir que el Mundial será la primera competición deportiva en Arabia Saudita en la que las mujeres no tienen que taparse la cabeza, aunque el código de “etiqueta” es todavía estricto.
Menos flexible se ha mostrado el país anfitrión con la selección de países participantes, ya que ha negado el visado a los israelíes ante la permisividad de la Federación Internacional, que en los últimos tiempos no logra sedes occidentales dispuestas a pagar el dinero necesario.
Diciembre 27 de 2017