El Banco de la República anunció al artista bogotano Hamilton Mestizo Reyes como ganador de la Beca Jóvenes Talentos que este año se entregó en la categoría de Artes Plásticas. Mestizo es un “alquimista del arte”, su obra gira en torno a las relaciones del arte con la ciencia y la tecnología, principalmente sobre temas como la biología, la electrónica, el sonido y la cultura libre, así como las implicaciones ecológicas y socio-políticas que esta relación suscita en sociedades como las nuestras.
Mestizo es profesional en artes visuales de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (2006) y ha sido profesor de hipermedia, de computación física y de tecnología en las facultades de Arquitectura y Diseño de la Universidad Nacional de Colombia y en la Facultad de Artes de la Pontificia Universidad Javeriana. Entre 2015 y 2017 trabajó en el Parque Explora de Medellín, en donde se encargó de la conceptualización, ejecución y documentación del “Exploratorio”, un laboratorio público de experimentación que fomentó a la apropiación científica y el trabajo colaborativo.
Con el fin de estimular a los artistas jóvenes colombianos, el Banco de la República desarrolla desde 1986 el programa Jóvenes Talentos, una convocatoria anual de becas que se intercala entre las áreas de música y artes plásticas.
Con el fin de estimular a los artistas jóvenes colombianos, el Banco de la República desarrolla desde 1986 el programa Jóvenes Talentos, una convocatoria anual de becas que se intercala entre las áreas de música y artes plásticas. Con el objetivo de estimular el perfeccionamiento de los jóvenes músicos y artistas colombianos y con fin de elevar los niveles de excelencia de estas artes en el país, la beca esta dirigida a jóvenes que no hayan realizado estudios de posgrado en el exterior y que cuenten con algún tipo de trayectoria y reconocimiento en ámbitos regionales o nacionales.
¿Cómo y por qué surgió su interés por la relación entre arte/ciencia/tecnología?
Hamilton Mestizo: «Desde niño siempre tuve una fascinación por la ciencia ficción y la tecnología, que se alimentó del imaginario pop de la época y de la génesis de la computadora personal. Cuando jugaba me imaginaba el futuro con carros voladores, viajes interestelares y robots inteligentes, también creaba cosas de este tipo en mi laboratorio de inventor y científico loco. Ya en la escuela de artes encontré un gusto particular por prácticas como el netart, los videojuegos y el videoarte, con los cuales experimenté pero nunca me llegué a sentir del todo cómodo. Así, en búsqueda de mi campo profesional, empecé a indagar en otras facultades y a relacionarme con ingenieros, científicos y diseñadores, y aprendí de electrónica, robótica, programación, biología y prototipado industrial, además me interesé por conceptos como el pensamiento complejo y lo muldisciplinar.»
¿Qué es lo más interesante de esa relación?
HM: «Que el arte interactúe con otros saberes, que no solo juegue un papel decorativo, crítico o del “mundo del arte”, sino que se transforme en un método de conocimiento transdisciplinar y en un catalizador que propicie el dialogo entre distintos campos del conocimiento. La relación entre arte/ciencia/tecnología permite, además, tener una noción más holística de la época y de los fenómenos sociales, culturales y tecnológicos que la caracterizan.»
La relación entre arte/ciencia/tecnología permite, además, tener una noción más holística de la época y de los fenómenos sociales, culturales y tecnológicos que la caracterizan.
¿Cuál de las obras o proyectos en los que ha participado recuerda particularmente?
HM: “Algas verdes», es un proyecto que ha sido el punto inicial de muchas ideas alrededor del bioarte, los recursos energéticos y el ambiente. La idea inicial, en resumen, era simular y visualizar la influencia de las cianobacterias en la atmósfera de la tierra a través de un fotobioreactor y de sensores de gases atmosféricos (O2, H, CO2). La primera versión la desarrollé en el Medialab-Prado en Madrid, España, como parte del programa Interactivos?, en donde a partir de un trabajo interdisciplinar ampliamos la pregunta inicial y la obra se convirtió en una biotecnología que puede ayudar a resolver problemas de energía y polución en las ciudades. ¿Cómo? Las algas verdes limpian el aire y con la biomasa resultante se puede producir energía eléctrica, metano, biodiesel y complementos alimenticios, entre otras cosas.
La segunda versión la desarrollé en Bogotá junto al Tecnoparque SENA y el espacio de experimentación artística Plataforma, con ellos trabajamos durante un año en un fotobioreactor que se instaló en el patio de Plataforma, como una pieza artística «viva» que iba cambiando en el tiempo con el crecimiento interno de chrorellas, una tipo de micro algas. En esa oportunidad con la biomasa resultante, trabajamos con la producción biológica de electricidad a través de una tecnología experimental llamada «celdas de combustible microbianas». Una tercera versión fue realizada de nuevo en el Medialab-Prado, como parte de una exposición antológica por los 10 años programa Interactivos?, esta vez la trabajamos con spirulina, una micro alga que también puede ser usada en la alimentación como un complemento nutricional.»
De la experiencia en el Parque Explora ¿qué le parece lo más interesante de la mediación con públicos en los museos?
«La posibilidad de incentivar la creación de comunidad alrededor del museo. De esta forma el público no sólo va a visitar el museo sino que se involucra con los procesos creativos del mismo, siendo un espacio vivo para pensar, aprender y crear.»
El público no sólo va a visitar el museo sino que se involucra con los procesos creativos del mismo, siendo un espacio vivo para pensar, aprender y crear.
¿Qué programa cursará en el exterior como parte de la Beca Jóvenes Talentos?
«El programa se llama MA Arts & Science en la University of Arts London. Se imparte en la sede Central Saint Martins, una de las más antiguas del campus y con una tradición que trasciende desde la época de la Revolución Industrial. Una maestría que me permitirá reflexionar el papel del arte, el diseño, las ciencias y la tecnología en el siglo XXI, más en un país como Colombia cuyo desarrollo se puede reformular desde la cultura y la educación.
Propiamente la investigación que me interesa realizar está relacionada con la búsqueda de artefactos, tecnologías, procesos e ideas que, desde la historia de la ciencia y teniendo en cuenta la estética (formas de representación), los paradigmas (ficciones) y las tecnologías (magia), generen visiones alternativas del arte y la ciencia. Sobretodo me gustaría explorar la figura del «alquimista», que representa una forma de vida basada en la experimentación, la serendipia, la creación y la magia. Siendo la alquimia una excusa para cuestionar mi relación con el mundo y sus fenómenos naturales y artificiales.»