Colombia, por un país donde el maltrato animal no tenga cabida

Por Henry Barbosa

Llora la derecha, el uribismo y los medios de comunicación corporativos porque se quiere convertir las Plazas de Toros, espacios de tortura de animales en plazas culturales donde el maltrato no tenga cabida.

Esta semana, la estatua del torero César Rincón, que estaba ubicada afuera de la plaza de toros de Duitama (Boyacá), fue retirada en un acto de apoyo a la Ley Antitaurina, aprobada en el Congreso de la República el mes pasado.

Para los medios de comunicación, esto es un irrespeto a la figura de Rincón, según ellos, el torero más famoso del mundo, sin importar que solo lo fuera en algunas regiones de España y en algunas regiones taurinas de Colombia.

Lo cierto es que Rincón, ya retirado, fue famoso por torturar y asesinar a puñaladas a miles de toros ante el clímax y el deleite que estas orgias de sangre producían en los fanáticos que iban y pagaban para ver sufrir a un animal hasta la muerte.

El revuelo que se produjo en los medios una vez que se conoció el hecho, fue aprovechado por los ya conocidos periodistas bogotanos de extrema derecha para criticar la acción diciendo que fue un acto de odio y maldad. Sin embargo, se han quedado solos y ahora les refriegan en la cara que las corridas de toros son simplemente espectáculos crueles y sangrientos, que buscan la diversión a través de la tortura y el ensañamiento con el toro, y que evidencian un absoluto desprecio por los derechos de los animales.

Con el auge del internet se cayó el velo en que los políticos sin escrúpulos y magnates del periodismo manipulaban y engañaban a la sociedad colombiana, trasmitiendo y resaltando los valores más negativos de una sociedad enferma, donde el afán de lucro estaba por encima de la vida, justificando con una ideología perversa el uso de la violencia, el desprecio de los derechos humanos, y la tolerancia de la tortura y el maltrato animal.

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