Histórico Acto de Excusas Públicas del Estado colombiano por ejecuciones extrajudiciales o ‘falsos positivos’

 

 

Tuvo que llegar al poder un presidente de izquierda y generar un proceso de apertura democrática y de búsqueda de la verdad, para que en nombre del Estado Colombiano se pidiera perdón por uno de los capítulos más oscuros de su historia: las ejecuciones extrajudiciales de jóvenes inocentes que el Ejército hizo pasar por guerrilleros para inflar los logros contra la guerrilla de las FARC, abominables hechos ocurridos durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y donde fueron asesinados 6.402 personas, según los números de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

En un hecho histórico, este martes 3 de octubre, en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá, el Gobierno, encabezado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, pidió perdón por 19 asesinatos, denominados “falsos positivos” por los medios de comunicación corporativos, cometidos en el departamento de Norte de Santander (fronterizo con Venezuela) en el año 2008.

Las 19 víctimas de estos hechos fueron identificados cómo: Jaime Estiven Valencia Sanabria, Elkin Gustavo Verano Hernández, Daniel Alexánder Martínez, Jaime Castillo Peña, Víctor Fernando Gómez Romero, Joaquín Castro Vásquez, Eduardo Garzón Páez, Julián Oviedo Monroy, Diego Armando Marín Giraldo, Mario Alexánder Arenas Garzón, Diego Alberto Tamayo Garcera, Jader Andrés Palacio Bustamante, Ómar Leonardo Triana Carmona, Óscar Alexánder Morales Tejada, Edwar Benjamín Rincón Méndez, Weimar Armando Castro Méndez, Deiby Julián Pisa Gil, Jonás Ariza Barbosa y Carlos Redondo.

Estos jóvenes procedentes de la ciudad de Soacha, vecina a Bogotá, fueron engañados con promesas de falsos trabajos para ser asesinados a sangre fría y presentados como bajas guerrilleras en combate por el Ejército colombiano en Norte del Santander.

Patrón macrocriminal

 

La JEP, el tribunal especial creado por el acuerdo de paz, que es el que más lejos ha llegado juzgando este episodio ha determinado que las fuerzas armadas desarrollaron un “patrón macrocriminal” en el que participaron también los paramilitares y que acabaron con la vida de 6.402 jóvenes, sobre todo de bajos recursos.

Para entender el motivo de las ejecuciones extrajudiciales y fusilamientos registrados en Colombia y que fueron denominadas como ‘falsos positivos’ cabe resaltar que en 2005 fue expedida una directiva del Ministerio de Justicia en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en la que se combinaban beneficios para los militares que incrementaran los resultados, es decir, las bajas de guerrilleros en combate.

Sin embargo, el proceso para demostrar la identidad de estas personas permitió que varios militares asesinaran a civiles bajo dos modalidades: la de ubicar víctimas y fusilarlas en el área de operaciones de los pelotones y el reclutamiento de hombres que bajo engaños llevaban a lugares en los que eran asesinados.

Desde que se descubrió este “patrón macrocriminal”, las madres como las de Soacha han emprendido una búsqueda por sus hijos, por recuperar los cuerpos que fueron desaparecidos, pero también por exigir justicia y saber “quién dio la orden” para que los asesinaran.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez, en nombre del Estado colombiano reconoció la responsabilidad en los 19 casos de ejecuciones extrajudiciales, en los que jóvenes inocentes fueron engañados y posteriormente asesinados por miembros del Ejército Nacional. “No eran guerrilleros. No asumieron ninguna confrontación con las Fuerzas Militares. Eran hombres cuyas vidas y sueños se truncaron por la acción criminal de integrantes del Ejército Nacional”, declaró el ministro.

“En nombre del Estado pedimos perdón a ustedes, las familias y a toda la población por los reprochables hechos de desaparición forzada y posterior muerte en condiciones de indefensión que luego fueron reportadas falsamente como muertes en desarrollo de operaciones militares”, enfatizó.

La reacción de las madres de Soacha

 

“Nuestra lucha no termina y seguiremos adelante para lograr encontrar a los verdaderos responsables y encontrar y saber quién dio la orden de cometer estos crímenes”, dijo Jackelin Castillo, hermana de Jaime Castillo y presidenta de las Madres de Víctimas de Falsos Positivos (Mafapo).

Muchas gracias”, se limitaron a decir algunas madres al tomar el micrófono, después de repetir el nombre de sus hijos. Pero, a pesar de la gratitud por el acto, las madres incidieron en que llega tarde y las excusas vienen por parte de un Gobierno que no tuvo que ver en los hechos.

Este acto debe ser un acto de perdón y no debería ser el ministro que está actualmente (el que lo haga)”, aludió Gloria Ástrid Martínez, madre de Daniel Alexander Martínez, asesinado el 9 de febrero de 2008.

La palabra del Ejército

General Luis Ospina

“Reconocemos que hubo hechos dolorosos cometidos por integrantes del Ejército Nacional que jamás debieron haber ocurrido”, dijo el comandante de esa fuerza, general Luis Ospina, durante el acto en Bogotá.

Los asesinos y sus cómplices “mancillaron la legitimidad” de la institución, agregó el alto mando. “Ofrecemos nuestras sentidas y sinceras disculpas” y “pedimos perdón”, sostuvo.

Mientras que Florinda Hernández, madre de Elkin Gustavo Verano Hernández, asesinado el 15 de enero de 2008, señalaba directamente: “Era Juan Manuel Santos, el que debería haber estado presente para que nos diera la cara y nos pidiera perdón”, criticó.

Paradojicamente, Juan Manuel Santos, quien como presidente ganó el Premio Nobel de la Paz en 2016 tras firmar la paz con las FARC, fue uno de los ministros de Defensa durante los peores años de ejecuciones extrajudiciales, que coincidieron con el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).

Histórico discurso del Presidente Gustavo Petro

Presidente Gustavo Petro

 

Todos los asistentes al histórico Acto de Excusas Públicas por los casos de ejecuciones extrajudiciales esperaban con ansias las palabras del presidente Gustavo Petro, quien desde muchos años atrás fue el abanderado en denunciar los crímenes de la llamada “seguridad democrática” del gobierno de Uribe Vélez.

“Estas madres son nuestras madres, las madres de la patria, las madres que quisieron silenciar, a las que tildaron de locas. Decían que no estarían recogiendo café, que no eran inocentes. ¿Qué los llevó a morir? La codicia sobre el poder y la riqueza”, dijo el mandatario.

Petro calificó la práctica como un “genocidio”. “Que los fusiles no se apunten contra el pueblo nunca jamás”, sostuvo el mandatario, crítico de gobiernos anteriores y antiguos jefes militares.

En su alocución presidencial, añadió: “Le tienen un inmenso temor a la verdad y ese temor a la verdad es el temor al descubrimiento de lo que ha sido un genocidio en Colombia. Se está conspirando contra el Gobierno. Para que ese canto de sirena deje de estar actuando a través de la falsedad, tenemos que unir las organizaciones populares y acrecentar la capacidad de movilización del pueblo colombiano”.

Y luego se preguntó: “¿Por qué querían que siguiera la guerra y no acabara?,¿por qué tenían que hacer trizas la paz?, ¿cómo lo hicieron? Con la orden de no pasar los archivos de inteligencia al nuevo presidente, porque ahí están las operaciones que son crímenes”.

En una alusión a los medios de comunicación corporativos, el presidente planteó que “es el momento de encontrar un espacio de reflexión, que pase en primer lugar porque se sepa la verdad, porque no haya quien la oculte. El que oculta no tiene uniforme, tiene otro tipo de poder: cambiar las frases, no decir, no ponerle el micrófono a la madre para que hable sino al asesino, transformar al asesino en héroe. El que oculta es tan cómplice como el que dispara. Lo primero que tenemos que lograr es que aparezca la verdad”.

Y también advirtió: “esa búsqueda de la reconciliación tiene obstáculos que salvar, la verdad no solo necesita a la JEP, la verdad necesita a la Fiscalía y aquí tenemos un problema. Lo que tenemos es un régimen de corrupción”.

Y el presidente concluyó que “nos toca ver cómo nos recomponemos, como cesamos de matarnos entre nosotros, cómo descubrimos la verdad y como nos perdonamos y nos reconciliamos. Ese es el objetivo de este Gobierno. Indudablemente la búsqueda de la reconciliación tiene obstáculos que superar”.

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