Cuando pensamos en radioactividad, energía nuclear o armas atómicas, nos parece que existen, pero sin estar en nuestro entorno. Sin embargo, el uranio está por todas partes, a nuestro alrededor, en el agua y en el aire.
El uranio fue descubierto en 1789 por Martin Klaproth, un químico alemán. Es un elemento radioactivo, que se encuentra naturalmente en el medio ambiente en cantidades muy pequeñas.
Los científicos llaman a estas cantidades ‘trazas’, y se hallan en rocas, suelos, sistemas de agua (como los arroyos), en plantas, y hasta en forma de polvo en el aire.
¿Cómo es el uranio?
Tiene el mismo acabado plateado blanco-grisáceo que otros metales pesados, como el plomo, el cadmio o el tungsteno. Y es también muy denso.
El Organismo Internacional de Energía Atómica ( OIEA) calcula que un cubo de uranio de 10 centímetros (3,93 pulgadas) pesa alrededor de 20 kilogramos (44 libras).
Uranio en el medio ambiente
Probablemente podamos encontrarlo en el suelo de nuestros patios. El OIEA dice que la concentración promedio de uranio natural en el suelo es de 2 partes por millón, lo que equivale a alrededor de 0,0002 por ciento. Eso es lo que se llama una cantidad mínima o traza.
Como polvo en el aire, el uranio puede asentarse en la superficie del agua de los ríos, arroyos y lagos, y luego llegar al fondo del agua, donde se mezcla con el uranio natural que ya está allí.
El ganado consume uranio cuando se alimenta de pasto, pero rápidamente lo elimina a través de la orina y las heces.
¿Para qué se utiliza el uranio?
Cuando el uranio no es del tipo natural, puede estar “enriquecido” o “empobrecido”.
El uranio enriquecido se utiliza como combustible para las plantas de energía nuclear y los reactores nucleares que hacen funcionar barcos y submarinos. También se puede utilizar en armas nucleares.
El uranio empobrecido se utiliza como protección contra la radiación o como proyectiles en armas perforantes.
¿Sabías que el uranio está en el agua potable?
El uranio puede llegar a las aguas subterráneas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que “la ingesta a través del agua potable es normalmente extremadamente baja”.
Depende de la concentración de uranio en el agua que bebes. Según el OIEA, en algunas partes del mundo, esa concentración es muy alta, “y esto da como resultado una ingesta mucho mayor de uranio del agua potable que de los alimentos. Por ejemplo, el consumo de uranio en partes de Finlandia puede ser de decenas de microgramos por día”.
No está claro si eso es cancerígeno para los humanos. La OMS afirma que no hay datos suficientes de estudios de laboratorio en humanos y otros animales.
¿Qué tan peligroso es el uranio?
El uranio puede poner en peligro la vida, pero depende de nuestra exposición a él. Si estamos expuestos al uranio en el medio ambiente, fuera de nuestros cuerpos -lo que los expertos llaman exposición externa-, el riesgo para nuestra salud es bajo.
El uranio se desintegra como partículas alfa, y la piel puede bloquear esas partículas. Las partículas alfa son relativamente lentas y pesadas, en comparación con otras formas de radiación nuclear, y no pueden penetrar muy profundamente ni atravesar la materia.
Sin embargo, si una persona ingiere una alta concentración de uranio, este puede causarle cáncer, afectándole los huesos o el hígado. Y si inhala una gran concentración de uranio, es probable que las partículas alfa provoquen cáncer de pulmón.
El uranio también es una sustancia química tóxica, por lo que cualquier forma de consumo dañará severamente los órganos de una persona, particularmente los riñones.
Fugas de uranio de la industria y la minería
Parte del uranio en el medio ambiente se escapa de las obras industriales. Una parte llega a la atmósfera a través de la minería.
La mayor parte de la producción mundial de uranio de las minas proviene de Kazajistán, Canadá y Australia. Pero también se extrae en Níger y Namibia.
Fuente: Deutsche Welle