“La Estrategia del Caracol”: Cine latinoamericano replicable

TICKET AL PASADO. Los habitantes de La Casa Uribe, una vecindad céntrica colombiana, van a ser desalojados tras muchos años de litigio. Uno de los inquilinos, un anarquista español, les propone irse todos usando la estrategia del caracol, llevándose todo a cuestas.

Por Irving Torres Yllán**

La XXVIII Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, celebrada en 1994, fue una de las que más huella dejaron en mi memoria cinéfila, hubo títulos que marcaron muchas cosas, como “Balas sobre Broadway” (Allen), la dupla de “Smoking/No Smoking” (Resnais), “La Princesita” (Cuarón), “Cine de Lágrimas” (Pereira Dos Santos) y la obra maestra de “Greenaway, El bebé de Mâcon”, pero además, entre ellas, hubo un título colombiano, “La Estrategia de Caracol”, la cual terminó de abrirme el apetito al cine latinoamericano y a iniciar una búsqueda de cintas que se convirtieron en el Santo Grial de mucha de mi formación.

Los habitantes de La Casa Uribe, una vecindad céntrica colombiana, van a ser desalojados tras muchos años de litigio. Uno de los inquilinos, un anarquista español, les propone irse todos usando la estrategia del caracol, llevándose todo a cuestas, con lo que inicia el desmantelamiento de la vecindad para trasladar todo a otro terreno. Para lograrlo llegan a un acuerdo con el dueño, prometiendo dejar la propiedad en una fecha determinada, y dejar la casa pintada.

Sergio Cabrera

La cinta es dirigida por Sergio Cabrera, quien fuera educado en China de niño y quien al regresar a Colombia se uniera al Ejército Popular de Liberación para luchar contra el gobierno, en sus cuatro años de estancia en la guerrilla es legendaria la historia de cómo estuvo a punto de perder una extremidad por una herida de machete o la de que estuvo a punto de fallecer por un disparo en la espalda dado por error por su hermana. Al abandonar la guerrilla se traslada a Pekín, donde estudia filosofía. Ahí es donde conoce al documentalista Joris Ivens y con su apoyo comenzó a realizar sus primeros cortometrajes y pudo viajar a Londres para estudiar cine.

Ese pasado a favor de la lucha social es fundamental para comprender su cine, el cual ha estado presente en sus cintas, como su opera prima “Técnicas de duelo: una cuestión de honor” (1988) o su cinta más reciente “Todos se van” (2015), por lo que no es de extrañar que en “La Estrategia del Caracol” se encuentre ese elemento, narrado de una forma que llega a rozar el realismo mágico y cuya historia toca todos los países latinoamericanos.

El cine con tinte social muchas veces cae en lo panfletario, en crear personajes tan irreales que hacen que no se pueda uno identificar realmente con ellos, sólo viéndoles a la lejanía como algo utópico, tan inalcanzable que al término te queda la sensación de tristeza irrealizable. Son muy contadas las cintas o directores que pueden dar un paso adelante y crear historias palpitantes, emotivas y reales, este es el caso de “La Estrategia del Caracol”, la cual, si bien se encuentra situada en Colombia, podríamos hacerla en cualquier lugar de Latinoamérica y funcionaria igual, hasta los escenarios son parecidos, uno podría ubicar esta historia en una calle del centro de la Ciudad de México sin problemas, tal y como lo hizo Iria Gómez Concheiro en “Antes del Olvido”, la cual retoma muchos elementos de la cinta colombiana pero a la inversa.

La cinta se mantiene por el ingenioso guion coescrito por Humberto DoradoRamón JimenoJorge Goldenberg y el director, el cual se permite crear personajes reconocibles, desde el inepto abogado que tiene lo necesario para dilatar las cosas, pasando por el homosexual que usará sus dotes para seducir al villano, sin dejar de lado a los vecinos, a los fanáticos religiosos, a los que buscan crear un sueño social. Pero donde, sobre todas las cosas, nunca deja de estar presente el verdadero enemigo, un estado que no ve por sus habitantes, abandonándoles y haciendo que luchen por su cuenta.

La “Estrategia del Caracol” me abrió los ojos a un cine cercano, a uno que nos hermana como continente, donde podía darme cuenta de que las historias que se sufren no nos son ajenas, fue la cinta que me llevó a buscar no sólo información sino intentar ver las películas y aprender más del cine latinoamericano. Y, es innegable, que, en ocasiones al ver una casa recién pintada, me venga a la memoria la “hijoeputa” casa pintada de la Casa Uribe y sonreír.

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Irving Torres Yllán**

Estudió Ciencias de la Comunicación en la UNAM. Redactor e investigador para el Diccionario de Directores del Cine Mexicano (Perla Ciuk/Cineteca Nacional) y para la Enciclopedia de Cine Iberoamericano (Universidad Complutense). Actualmente es Director General de cineNT.com web especializada en cine. Fanático del bluray y del cine clásico, así como consumidor de sexycomedia mexicana.

Fuente: Crónica