Se realizó el sorteo para la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018 y para opinión de muchos observadores a Colombia le fue muy bien y desde ya lo sitúan en octavos de final, mucho tiempo antes incluso que se juegue el primer minuto de juego, así a veces somos los colombianos que “ensillamos las bestias antes de comprarlas”
Carlos Antonio Vélez e Iván Mejía, concuerdan que a pesar de todo a Colombia le tocó un grupo que a primera vista podría considerarse fácil, Polonia, Japón y Senegal, mientras que a México le “tocó” bailar con la más fea, Alemania, Suecia y Corea del Sur. La diferencia es que los “manitos” si tienen un buen técnico el colombiano Juan Carlos Osorio, mientras que la Selección Colombia tiene el lastre de Néstor Peckerman.
Ya empezaron también los “bultos de sal” como Javier Hernández Bonnet, con su tradicional maldición, se hizo presente en el sorteo mundialista y para opinión de muchos nos condenó al fracaso al augurar que con el grupo que quedamos el equipo nacional estaba clasificado.
¿Alguien en verdad cree que Polonia es presa fácil? Tiene a Robert Lewandowski, delantero del Bayern Múnich y uno de los delanteros más efectivos del mundo, quien juega en llave con Zielinski, goleador del Nápoli italiano. En la defensa tiene a dos murallas impasables, Kamil Glik del Mónaco y Piszcezk del Borussia Dortmund, y para completar al espigado Szeczenny, arquero titular de la Juventus de Italia.
Nuestro “sabiondos” periodistas menosprecian a Senegal, tal vez por el racismo tradicional, rescatado e impulsado por el nazismo “uribista”. El equipo africano, es fuerte y sobre todo veloz, circunstancia que siempre ha puesto en aprietos a nuestra lenta defensa que todavía añora a Yepes.
La selección de Senegal, tiene a Koubaly, sólido defensa del Nápoli, a Ndiaye creativo líder indiscutible quien juega en el Galatasaray y adelante dos completas “culebras”; Mané, delantero del Liverpool y Keita, atacante del Mónaco.
Ahora bien, Japón nos tiene en la mira, llegarán al Mundial de Rusia con la convicción que podrán perder con cualquiera menos con Colombia, que ya los eliminó en Brasil. La venganza nipona debe tenerse como una amenaza inmediata a la hora de pretender clasificar a la siguiente ronda.
Pero si de “bultos de sal” hablamos, también están fuera de foco los tradicionales “agoreros”, quienes desde ya nos ven derrotados, humillados y eliminados. Pues no, Colombia también tiene con que, no tenemos un super equipo, ni podemos afirmar que podemos ser campeones mundiales, pero también metemos miedo y no le “comemos” a nadie como era anteriormente costumbre, más bien hay más de un país que en el Mundial espera no tener que enfrentarnos.
Los triunfalismos ahora son peligrosos, a diferencia de otros equipos tenemos casi el mismo equipo de hace cuatro años, es decir que no hubo renovación, y no fue precisamente porque no salieron nuevas figuras, sino porque al contrario tenemos un técnico que no trabaja, desde Miami donde se la pasa es muy difícil, igualmente tenemos un “bache” futbolístico que nos hizo sufrir hasta último minuto para clasificar.
Colombia tiene un buen equipo, pero esos triunfalismos no son justos con una afición que los ha apoyado de una manera incondicional. Al Mundial tenemos que llegar con humildad, no somos campeones de nada, ni somos favoritos de nada. En fútbol los partidos se ganan en la cancha, jugando, no soñando ni hablando “carreta”.
Diciembre 3 de 2017