HISTORIA GRÁFICA DE BOGOTA (23)

“Zapatero a tus zapatos”

Por muchísimos años el zapatero, fue parte importante en la vida del barrio, eran prácticamente una parte más del paisaje cotidiano, sentados en su banquitos esperaban pacientemente que desfilaran todos los vecinos.

Entre planchas de suela, pegamento, martillos, hormas y yunques, el zapatero tenía su mundo, hoy todavía algunos talleres de zapatería conservan ese olor característico a cuero, sin embargo, con el tiempo sólo serán un recuerdo más.

El oficio de zapatero era igual de importante al de carpintero, sastre, herrero, albañil y panadero, era imprescindible en aquellos años de mediados del siglo XX para el servicio de los vecinos de los barrios, el trabajo del zapatero era muy necesario no ya por el calzado nuevo que pudiera realizar, sino para la reparación del usado.

Hoy el oficio lentamente fue desapareciendo por distintos motivos. Entre ellos porque muchos zapatos son de plástico, o elementos sintéticos. “Son muy pocos los zapatos de cuero, actualmente los zapatos vienen para usarlos y tirarlos”.

La vida agitada, la cultura del desecho y la mecanización han hecho que muchas tareas que hasta hace algunas décadas se realizaban en forma manual ya no existan.

El oficio de zapatero encarnaba, la forma más atenta, solícita y práctica de la cotidianidad. La desaparición de este oficio es, en cierta forma, la desaparición de lo ordinario. Y si un oficio es una ocupación habitual, la extinción de los oficios significa no la desaparición de las ocupaciones, sino la desaparición de lo habitual. Y eso, que desaparezca lo cotidiano, sí es grave, pues se nos olvidará que somos simples y ordinarios y entraremos, ahora sí y para siempre, en la era de la vanidad y la petulancia.

Con el tiempo el único recuerdo de los zapateros será la famosa frase de Miguel Ángel, “Zapatero a tus zapatos”, a la cual pasan los años y sigue cada día más vigente.

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