Las pinturas perdidas en la Segunda Guerra Mundial

Por Alex Bayorti**

La sucesión de conflictos armados a principios del siglo XX dejaron al descubierto una Europa en ruinas que debía empezar de cero. Después de la Segunda Guerra Mundial habían desaparecido cientos de obras de arte desde diferentes frentes. Y es que en mitad de un conflicto bélico, el dinero pierde su valor y solo las obras de arte o las joyas mantienen su canon de riqueza. Como resultado, las pinturas perdidas en la Segunda Guerra Mundial se extraviaron para siempre. Aaquí un repaso de algunas de las obras perdidas.

No hace mucho tiempo, El Bode obsequió a los amantes del arte con un museo online en dónde se pueden observar algunas fotografías del medio centenar de joyas del arte que se prevé que se perdieron durante la Seguna Guerra Mundial. Entre ellas, pinturas de Caravaggio, Van Dyck, Rubens o Zurbarán que hoy puedes disfrutar en un recorrido multimedia por un museo ficticio en el que se han incluido imágenes de las obras de arte.

Una guerra puede convertirse en una verdadera tragedia para el arte, máxime si parte de la ideología que la sustenta se basa en la xenofobia. Al igual que se quemaron cientos de libros durante este pasaje oscuro de la historia, la pintura pasó a ser un bien oculto. Sucede en el caso de la cámara de Ámbar, una de las obras más espléndidas de Andreas Schüter. ¿Quieres conocer algunos de los cuadros que se perdieron pero que fueron recuperados después de la guerra?

El astrónomo de Johannes Vermeer

El astrónomo (1688), Johannes Vermeer, Museo del Louvre.

Genial autor de maravillas tan famosas como La Joven de la Perla, fue muy admirado por Adolf Hitler quién no dudó en quedarse con la obra en cuanto pudo y añadirla al Museo del Führer.

En la actualidad, este cuadro se encunetra a buen recaudo en el Museo del Louvre (Francia).

Plaza de la Concordia (1876), Edgar Degas, Museo del Hermitage.

Plaza de la Concordia de Edgar Degas

Plaza de la Concordia (1876), Edgar Degas, Museo del Hermitage.

Hay quién se enamoró de Degas por sus bailarinas y otros no pudimos abandonarlo nunca más después de visitar su universo vaporoso y repleto de texturas que invitaban a soñar. A pesar de tratar la realidad más sencilla siempre supo crear una visión onírica en mitad de la vigilia.

Hoy en el cuadro está ubicado en el Museo del Hermitage.

La Fundación E.G de Bührle fue uno de los grandes beneficiadas de la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto creó la que fue una de las más importantes galerías privadas. Pasada la guerra, tuvo que devolver más de una docena de pinturas que les habían sido arrebatadas a varias familias franco-judías.

Retrato de Adele Bloch-Bauer I de Gustav Klimt

Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907), Gustav Klimt, Neue Galerie (Nueva York).

Esta obra que le fue arrebatada a su dueño, Ferdinand Bloch Bauer, por partido Nacional Socialista, regresó en 2006 a la heredera de la familia legítima que había obtenido la obra de manos de Klimt.

La heredera de la familia se la vendió al empresario Ronald Lauder, posteriormente. En la actualidad se puede ver en la Neue Galerie (Nueva York).

Retrato del Dr. Gachet de Vincent Van Gogh

El Doctor Gachet (1890), Vincent van Gogh, Museo de Orsay.

Esta obra fue la que terminó Van Gogh antes de morir y también una de las que más sufrió el odio de Adolf Hitler ya que este pintor estaba en su lista negra. En la actualidad, una de ellas forma parte de una colección particular. La otra copia de este cuadro se encuentra en el Museo de Orsay en París.

La colección de 1500 cuadros encontrada en Munich

Cornelius Gurlitt

La revista alemana Focus se hizo eco de esta noticia en 2011 cuando aparecieron más de 1500 obras en el apartamento de Cornelius Gurlitt, natural de Munich. Este anciano de 80 años de edad fue el heredero de más de un millar y medio de obras que su padre Hildebrand Gurlitt, un historiador y mecenas, había ocultado durante los años del conflicto. Después de la caída de los nazis negó que él tuviera ninguna obra. Su secreto ha sido salvaguardado durante casi setenta años.

Según la información revelada en su momento, entre las piezas que se podían encontrar había obras de Pablo Picasso, Paul Klee, Henri Matisse, Oskar Kokoschka entre otros.

Muchos se preguntan por qué prácticamente todas las obras que se extraviaron durante la Segunda Guerra Mundial formaban parte del denominado arte contemporáneo. Esto tiene una explicación sencilla; las únicas obras de arte que respetaba Hitler eran las clásicas. De ahí que no solo se perdieran infinidad de obras modernas sino que otras muchas fueran destruidas.

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Alex Bayorti

**Redactora de contenidos de profesión y escritora por vocación.

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