HISTORIA GRÁFICA DE BOGOTA (11)

Visita del Papa Pablo VI a Colombia: agosto 22 a 24 de 1968

El jueves 22 de agosto de 1968 en las horas de la mañana arribó al aeropuerto Eldorado de Bogotá el Papa Pablo VI. Lo esperaba una comitiva encabezada por el presidente de la República Carlos Lleras Restrepo, el cardenal arzobispo de Bogotá Luis Concha Córdoba, el administrador apostólico de la arquidiócesis de Bogotá Aníbal Muñoz Duque, el alcalde de la ciudad Virgilio Barco Vargas y sobre todo una multitud nunca antes vista que colmaba el camino que había de seguir, desde el aeropuerto hasta la catedral.

En la catedral Primada lo esperaban obispos y sacerdotes venidos de todos los rincones del país, el Papa se dirigió a la plaza de Bolívar para saludar al pueblo cristiano que lo aclamaba. Por la tarde se dirigió al Campo eucarístico, en cuyo templete, especialmente construido para la ocasión, presidió la ceremonia de ordenaciones sacerdotales. Al día siguiente, viernes 23 de agosto, visitó al presidente de la República, se reunió con los campesinos en la población de Mosquera, presidió la eucaristía con una gran concentración de trabajadores, empresarios y universitarios en el Campo eucarístico y tuvo un encuentro con el cuerpo diplomático y altas autoridades extranjeras llegadas a Bogotá con ocasión del Congreso Eucarístico.

El sábado 24 visitó el barrio Venecia, al sur de la capital, en cuya parroquia celebró la eucaristía y se reunió con algunos enfermos. Posteriormente inauguró la II Conferencia general del episcopado latinoamericano en la Catedral Primada, y de ésta se dirigió por entre una delirante multitud que lo aclamaba y aplaudía, por la carrera séptima hasta la calle 78 con carrera 11 para bendecir la sede del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana). Por la tarde, en el templete eucarístico, bendijo los matrimonios y posteriormente se digirió al aeropuerto para tomar el avión de regreso a Roma.

Sus palabras de despedida, entrecortadas por la emoción, antes de abordar la nave, fueron: «¡No te decimos adiós, Colombia, porque te llevamos más que nunca en el corazón!».

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